martes, 29 de mayo de 2012

Resident Evil

Es la primera vez que escribo algo de resident evil, así que espero que os guste J

Claire Redfiled

Hace solo unos meses, todo parecía haber cambiado, el gobierno consiguió controlar la situación hasta llegar al punto de extinguir el virus por completo. Sin embargo no todo salió tan bien como querían.
Han pasado exactamente 14 días desde que la situación volvió a ser la misma, y no solo eso, sino que también había empeorado. America del norte estaba completamente infectada, pocos pueblos, si es que aún quedaba alguno, se libraban del virus, por el momento.
Finalmente aquí estoy yo, sin rumbo fijo, con el mismo objetivo de hace un año, encontrar a mi hermano Chris. Si, ya se que lo había encontrado, e incluso estuvimos algunos meses viviendo en una ciudad que había sido reconstruida. Pero esa maldita organización llamada “Umbrella”….cuando parecía haberse disuelto por completo resurgió de sus cenizas. Al parecer aun quedaba otra base secreta, escondida bajo tierra en alguna parte del mundo, pero quien sabe donde…
Chris desapareció de la nada sin dejar ningún rastro. Cuando se corrió la voz de que algunos habitantes estaban atacando a otros, grandes masas de personas asustadas corriendo de un lado a otro comenzaron a formarse. Busqué a mi hermano sin éxito y estoy completamente segura de que aún sigue vivo, pero no cerca de dónde yo me  encuentro. Chris siempre ha sido el tipo de chico que se las arregla solo, no necesita ayuda de nadie para poder sobrevivir, aunque también se preocupa mucho por los demás, así que debo encontrarlo.
Ahora mismo me dirijo hacia el aeropuerto de Chicago, pretendo coger prestada una avioneta y largarme de aquí cuanto antes.

Claire pisaba el acelerador de su todoterreno abriéndose paso a través de los muertos vivientes que se le cruzaban por el camino. Iba bien armada, en sus bolsillos delanteros, las típicas pistolas automáticas y dos metralletas cruzadas entre si en su espalda, junto a un collar de balas para las mismas que adornaba su cuello en diagonal. También traía consigo alguna que otra granada que no dudaría en utilizar en una situación peligrosa.

Asegurando desde dentro del coche el área a su alrededor bajó del vehiculo y con paso ligero se adentro al aeropuerto por la puerta trasera, no sin antes forcejearla. Nada más entrar se encontró con un largo pasillo en el que reinaba la terrorífica y fría oscuridad. Aunque fuera, aún siguiera siendo de día, toda la zona estaba sumida en tinieblas, lo que significaba que tendría que llegar a la pista donde se estacionaban todas las avionetas y aviones.

Con una linterna en la mano izquierda y una de las pistolas en la otra, alumbraba cada rincón del lugar. Llegando al final del pasillo se encontró con dos nuevos caminos, ¿por cual iría? Esa era la pregunta, podría vagar por allí hasta hacerse vieja o incluso hasta que finalmente la atrapasen, por eso buscaría antes algún plano de la instalación.
Eligió el camino de la izquierda y dio varios pasos, siempre mirando a todos lados para asegurarse.

Acabó al pie de una gran escalera, tenía pinta de ser del tipo que solía haber como salida de emergencia.

-Quizás haya algún plano o algo un poco mas arriba- comenzó a subir las primeras escaleras y el rastro de sangre la llevó a taparse la boca y la nariz con la manga de su jersey anaranjado. Parecía como si alguien hubiera sido arrastrado escaleras arriba, y no por su propia voluntad. El olor fuerte a cerrado y el de la sangre medio seca era insoportable para ella. Sin muchas otras opciones, sacó rápidamente de la mochila, un rollo de cinta adhesiva, colocó la linterna bajo su brazo armado y enroscó varias tiras alredor de este. De esta forma podría tener el otro brazo libre para cualquier cosa.

Con cuidado de no resbalarse siguió subiendo con paso firme, llegó al segundo piso, efectivamente no había fallado con el plano. Al parecer se encontraba en el ala oeste, debía bajar otra vez al primer piso e ir por el otro lado, después hacía el centro, allí pasaría algún que otro pasillo para llegar al embarcadero.

-Odio este silencio, me pone nerviosa.

Bajó otra vez y sintió como algo pasaba junto a ella muy rápido, no había conseguido ver lo que era. Su cuerpo se estremeció al instante, de alguna forma estaba acostumbrada a esa sensación pero no era normal que la mano le temblara. Seguramente sería el estar sola en aquella situación, anteriormente siempre había sido acompañada por alguien mas, Leon en Raccon city o incluso Steve, del que no sabía nada, en la prisión de aquella isla controlada por los Ashford.
Se dio la vuelta lentamente, la clave era no ponerse demasiado nerviosa, sino podría perder la partida y eso no estaba planeado.

Algo saltó sobre ella, arrojándola al suelo con mucha fuerza, podía verla claramente, una niña de no más de diez años que intentaba morderla.
Se resistía con todas sus fuerza intentando alejarla de su cuello, tras el impacto había perdido la pistola, y si intentaba coger la otra, probablemente se haría con su cuello.
Sacó fuerzas de donde no las había para empujarla y quitársela de encima, acto seguido sacó la navaja que llevaba escondida en un costado del pantalón y se la incrustó en la cabeza.                                  
Se levantó con agilidad y tras recuperar su afilada arma y su preciada pistola siguió su camino por las escaleras.

-Tengo que salir de aquí cuanto antes, si esa niña tenía tanta fuerza, tendré problemas para enfrentarse a los demás, por otra parte parecían estar mas agresivos, quizás el hambre los habrá vuelto así- se dijo a si misma analizando la situación.

Con paso decidido continuó por el pasillo por el que anteriormente había pasado, aunque algo le llamó la atención, algo que antes no había visto allí, un gran charco de sangre que asomaba bajo una puerta de metal en la que colgaba un cartel mugriento y sucio que decía “Sólo personal” Por nada del mundo se le ocurriría entrar allí, pero los terribles alaridos y gritos que los muertos vivientes producían, le ponían la carne de gallina, además algo le decía que estaban muy cerca de ella, lo suficiente como para oír sus pasos. Sin pensarlo dos veces entró, apoyándose contra la puerta e intentando tranquilizarse.

Apuntó con la linterna a toda la sala, para observarla mejor, aquello le recordaba a los pasillos de la comisaría de Raccon City, sangre por todas partes, los muebles caídos e incluso rotos. Por las paredes se podían distinguir huellas de las manos. Siguiendo esos rastros se topó con una ventana tapada con gruesos trozos de madera que parecían estar evitando la entrada a alguien. Echó un vistazo a través de los cristales rotos para darse cuenta de dos cosas, una de ellas era que estaba oscureciendo lo que mas tarde le daría problemas si no se daba prisa. La otra la dejó helada, desde allí avistó otra ventana que daba a un estrecho pasillo, no muy lejos de donde ella estaba. Lo peor no era eso, sino que podía distinguir perfectamente dos siluetas, una sobre otra, agudizó un poco la vista para confirmar sus sospechas, era otro maldito zombie de esos, parecía estar dándose un gran banquete, devoraba vorazmente a su presa, dando a entender que no había comido carne fresca en un buen tiempo.
Un paso en falso hizo que una silla sostenida por tres patas cayera al suelo armando un fuerte estruendo en la habitación. A Claire no se le ocurrió otra cosa que agacharse bajo la ventana y permanecer quieta, pasado unos segundos que se le hicieron eternos se levantó despacio, para encontrarse de nuevo con la escena de antes, solo que algo no iba bien, el actor principal había desaparecido.

Se colocó rápidamente en una esquina, sosteniendo un arma en cada mano y apagando la linterna, para no revelar su posición. El crujido de la puerta conectada con el pasillo abriéndose, la alertó de que debía estar lista para disparar. Solo unos débiles rayos de  luna surcaban la habitación dándole la oportunidad de apuntarle directamente a la cabeza con toda tranquilidad. Si que eran tontos esos bichos, a parte de desplazarse a paso lento, no la podía ver ahí sentada, apenas a cinco metros de el, no le dio mas vueltas al asunto, un simple disparo que le traspasaría el cerebro bastó para matarlo.

Tenía bien claro lo que debía hacer ahora, abrió un poquito la puerta por la que había entrado, para disponerse a salir, cuando oyó caer algo tras ella. Vio lo justo como para estar segura de que aquellos seres no eran los típicos zombies de antes, se parecían mas a los que tenían cabeza con forma de cerebro y una lengua muy larga, además eran capaces de trepar por las paredes. Cerró con un golpe y ni si quiera trató de ser discreta, corrió hasta encontrarse con los mostradores de recepción y salió por una puerta, al exterior. Una gran corriente de viento la empujaba hacia atrás, colocando su larga melena a su favor, con paso ligero entró a una especie de garaje cubierto excepto por la parte en la que ella estaba. Aquello parecía una exposición, había varias clases de aviones, helicópteros…..pero ella solo quería una simple avioneta para escapar. Cuando hubo divisado una de ellas corrió con todas sus fuerzas hasta allí, estaba a punto de entrar, pero se detuvo en seco. Tras la avioneta un montón de muertos la esperaban alzando sus brazos hacia ella, queriendo atraparla.

No había otra salida, se hizo en seguida con sus ametralladoras, esa avioneta de color morado era la que mas cerca de ella se encontraba, o subía o se quedaba allí. No había otra solución, se acercaban cada vez mas, hasta su único billete de salida. Disparó a varios para hacerlos retroceder y poder subir hasta su asiento, apoyó uno de sus pies, sin dejar de disparar y entró en la cabina cerrando la cúpula de cristal tras ella.
Por suerte las llaves estaban puestas, puso el motor en marcha y cuando alcanzó  bastante velocidad, izó la palanca hacia delante y el vehículo comenzó a moverse.
Varios de ellos se habían subido en la cola de la avioneta, y eran resistentes, pues por mucho que se moviera aquello, no se soltaban. Se paseó varios metros por la pista, para llegar al límite de esta, tiraba casi con desesperación hacia tras, pero seguía sin poder despegar, y los zombies estaban llegando hasta la cabina.
Hizo un giro brusco pero exacto antes de llegar al final de la pista, se deshizo de los pasajeros a bordo que intentaban llegar hasta ella y condujo la avioneta pista atrás convencida de que esta vez lograría alzar el vuelo.
Otro pelotón de ellos interponía en su camino, cerró los ojos y volvió a tirar de la palanca hacia ella. Consiguió algo de altura, no sin antes llevarse a una hilera por delante, dejando un camino de sangre. Estabilizó un poco la avioneta y volvió a girar para seguir el camino correcto hacia Berlín.
El viaje sería largo y muy duro, calculaba alrededor de dos días hasta llegar a su destino, siempre tendría en mente dos de sus principales objetivos, reunirse con su hermano y destruir de una vez por todas a Umbrella.

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