martes, 5 de junio de 2012

Afilianos!!




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miércoles, 30 de mayo de 2012

Comics

Distintos comics que no están acabados, por eso los distinguiré mediante líneas para que no os confundáis :)



De Pokémon: (Son dos historias distintas separadas por rayas)

Capítulo 1:




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Capítulo 1:


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Code Lyoko: (Mi primer comic sin acabar de colorear xD)





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Estos de aquí son los personajes de una nueva historia que me he propuesto dibujar pero que aún está en el aire, estaré encantada de recibir vuestra opinión.



No se si se leerá bien, pero al fin y al cabo se trata de ver los dibujos ^^


La protagonista junto a su hermana y su primo pequeño.


Las amigas y la madre de la protagonista, está sin acabar xD



Copiados

He aquí otro apartado en el que aparecen mis dibujos copiados a ojo, nunca calcados ni nada así. La verdad es que están mucho mejor que los otros y también me han costado mucho más trabajo hacerlos y pintarlos :P

En esta pareja decidí que en vez de hacer sombras, repasaría las misma con colores oscuros sin llegar a pintar el resto del dibujo, creando un efecto de brillo xD

Nuestra querida Chii jaja, en este dibujo decidí repasar solo los colores que más destacarían, pues los demás eran bastante claritos y así da la sensación de destacar aún más


Un montaje hecho con distintas imágenes de nuestra querida Saeko, protagonista de uno de mis fics, he alternado distintos colores, únicamente repasandolos sin pintarlos, a escepción del dibujo principal, el cual está hecho todo a lápiz.

Distintos personajes todos juntos en una misma hoja. Admito que estos los saqué de una de mis muchas revistas "Nintendo" Encima es suuuper viejo de hace al menos dos o tres años.


No puedo decir lo mismo de este de aquí, aunque también he mezclado distintos dibujos y he cambiado los colores a mi gusto, lo hice hace menos de un mes y tardé dos días en hacerlo y pintarlo :P

Una niña muy mona sentada sobre una esponjosa nube de color lila ;)

Mi primer dragón, que me costó mucho trabajo y distintas imágenes de nuestros personajes de cuentos de terramar!! dedicado a esta maravillosa película.


Mi querido Son Goku (que recuerdos...) y el gracioso Scooby Doo!!!


Mi pareja perfecta del manga "Koko ni iru yo" es uno de mis mangas preferidos y de los que más me han marcado. Es una historia preciosa y si aún no la habéis leído, ¿a qué esperáis? jajaja



Blue Dragon!! los protagonistas y sus mini muñequitos del juego para DS. Tengo más dibujos de cada uno de los personajes, pero no creo que los suba :P


Dibujo dedicada a distintas parejas, incluso a una de dos niños muy monos :3







Inventados

Buenas!!! He aquí una lista de mis dibujos totalmente inventados. La mayoría suelen ser inventados a partir de alguna historia que se me ocurre de repente y no dudo en sacar todos los personajes. Espero que os gusten :))


Este dibujo fue uno de los primeros que hice y la verdad la idea simplemente vino a mi mente. La suavidad del viento y como el cuerpo se alza a lo alto... esa era mi intención aunque no lo haya logrado del todo asi que espero mejorar con el tiempo :)




Este dibujo es muy especial porque no tardé ni diez minutos en hacerlo. Fue después de un exámen, se me ocurrió de repente, esos vestidos pomposos que llevaban antes las mujeres y que me encantan :3 Por eso hice un intento mientras esperaba a que sonara el timbre para salir al recreo :P


Una ninfa del bosque, o algo así xD intentaré dejar de dibujar en cuadernos porque luego se nota mucho la cuadrícula y el dibujo pierde calidad.


Esto en un principio iba a ser una historia de zombies, se me ocurrió que estaría bien dibujar a los personajes antes de empezar a escribir nada y e aquí lo que pasa por mi imaginación. La primera chica es la prima de la protagonista que está al lado y el chico es un superviviente que encuentran, por el cual se pelean. La niña pequeña es su hermana de 2 o 3 años y admito que me ha quedado muy extraña, casi da hasta miedo!!
Si os fijais bien, os he marcado con una flecha roja el intento de zombie que me salió. Se ve bastante mal pero es que no quería repasarlo porque no me gustaba nada jajaja


Un cúmulo de personajes los cuales se alternan en ángeles y demonios, supuestamente las dos protagonistas que son la segunda y la tercera, tienen personalidades contradictorias con su naturaleza, y en el medio el protagonista humano.


Otra especie de diosa del bosque o algo por el estilo. Estoy segura de que se me ocurrió leyendo un libro aunque no recuerdo cual era. Recuerdo que lo que más me llamó fue la descripción que hacía de sus intensos ojos esmeralda y eso fue lo que me incitó a dibujar la imágen que tenía en la cabeza.


Espero que os hayan gustado, tengo muchos más pero algunos no están lo suficientemente decentes como para subirlos o simplemente no están repasados y no se ven... Espero poder subir muchos más pronto!!
Un beso :)  
Ariane



Dibujos

               

Disfrutad con los distintos dibujos y no dudéis en comentar o en hacer cualquier crítica que queráis ;)

martes, 29 de mayo de 2012

Highschool of the dead (1)

He aquí un nuevo fic que se me ocurrió de la nada, la verdad es que no se como ha quedado pero espero que os guste y que me deis vuestra opinión para poder mejorarlo.
Aunque no suelo decir esto, todos mis fics están hechos con intención de entretener al lector y de escribir en un papel las locas ideas que se me pasan por la cabeza xD

Otro detalle que me gustaría comentaros es que en cierto momento de este fic recomendaría escuchar la canción “When you’re gonne” de Avril Lavigne. Quedaría muy bien y si queréis seguir mis consejos yo os avisaré cuando J



Todo fue su culpa, ¿tuvo que ser tan malditamente torpe como para cometer el error de dejarla ir sola? No solo era eso, el grupo se desmoronaba por la perdida de la pequeña, cada miembro se culpaba a si mismo por no haber podido hacer nada aunque y para acabar de rematarlo, Saeko se había ido sin previo aviso en medio de la oscura noche con intención de solucionar las cosas.

Flashback

-Escuchad con atención, este será el plan- susurraba lo suficientemente alto el que podría decirse que era el líder del grupo. Un joven de unos 17 años dispuesto a dar hasta su última bocanada de aire por sacar adelante la vida de cada uno de sus compañeros. Al llamar la atención todos se acercaron formando un corro, bajo la penumbra del cuarto tenebroso, oscuro y húmedo en el que se encontraban.
-¿Qué tienes pensado hacer, Takashi?- preguntó una joven pelirroja de parte de todos. Apenas podían ver claramente los rostros de unos y otros. Con algo de suerte, lograron guarecerse en el pequeñísimo cuarto en el que se encontraban, a salvo de las garras de sus cazadores pero como todos sabemos, lo bueno no dura para siempre. En un par de días habían agotado la mayoría de sus reservas y eso los obligaba a moverse hasta un nuevo escondite tras repostar con alimentos sus mochilas.
-Creo que lo mejor será caminar sigilosamente hasta llegar a una pequeña plaza un par de calles más adelante. Si mal no recuerdo hay un pequeño comercio dónde encontraremos todo lo que nos haga falta- explicó bajo las miradas atentas de sus amigos, quienes memorizaban cada una de las palabras dichas por él.
-¿Y quién dice que no estará totalmente infestado de esos monstruos? ¿Incluso, que alguien más no haya saqueado ya esa tienda?- saltó Saya tan calculadora como siempre.
Takashi quiso contestarle pero Rei se le adelantó.
-Esa tienda cerró hace tres meses e iban a volver a abrir un nuevo negocio pero hay rumores de que la mercancía sigue en el almacén guardada, los dueños tuvieron algunas dificultades para cargar con todo aquello- Takashi agradeció el apoyo de su íntima amiga ofreciéndole una sonrisa, la cual hizo que ella se sonrojara, aunque tuvo suerte ya que no había mucha luz y nadie pudo verla.
- E-está bien… ¿y en cuanto a “Ellos”?- continuó queriendo asegurarse en su totalidad de que no era un plan con agujeros que los llevaría directamente a la perdición.
-Sabes tan bien como nosotros que no es posible calcular a ciencia cierta el número de “Ellos” que podamos encontrarnos por el camino- La estudiante más seria del grupo que hasta ese momento había permanecido callada escuchando todo lo que sus compañeros decían, se aventuró a tomar parte de la conversación.
-Saeko tiene razón, esos bichos vienen y van continuamente, aumentan o disminuyen de número según las circunstancias. Ese almacén es una de las opciones más seguras de las que disponemos ahora mismo, dudo que de las pocas personas que siguen vivas alguien conozca de su existencia- Takashi dio por concluida la conversación con el asentimiento de una no muy convencida Saya.
-¡A por ellos!- Kohta se encontraba sumergido en su propio mundo con sus preciadas armas. El hecho de estar encerrado en un lugar tan pequeño con otras seis personas y un perro lo estaba volviendo loco. Más aún sin tener la oportunidad de cargarse a uno de “Ellos” y desahogarse mientras repartía balas entre sus múltiples objetivos.
Recogieron todas sus pertenencias en unos minutos y llenando sus pulmones de aire para intentar tranquilizar el ansia que sentían por salir fuera. Shizuka sensei agarró con suavidad la mano de la pequeña Alice sonriéndole dulcemente.
-Todo va a salir bien Alice-chan, ya lo verás- la niña le devolvió el gesto con timidez y la médico al notar esto no pudo evitar sus ganas de abrazarla- ¡¡pero que mona eres!! Si es que me entran ganas de abrazarte y no soltarte jamás- a Alice en realidad no es que le molestara mucho ese tipo de arrebatos que tenía Shizuka, pero a veces llegaba a asfixiarla con su pecho.
-¡Sensei… n-no puedo… r-respirar!- se intentó zafar de su agarre sin éxito alguno.
Todos empezaron a reírse por la situación de la pequeña, la verdad es que eran momentos como aquellos los que relajaban el ambiente y les hacía olvidarse por unos segundos de la pesadilla que vivían todos los días. Aunque ninguna de las dos tuviera experiencia en combate, no eran menos reconocidas que el resto del grupo, todos y cada uno de los presentes era único e irrepetible, tanto por sus cualidades como sus defectos y una pieza irremplazable para la supervivencia.
Se miraron entre ellos por última vez y tras el movimiento que hizo Takashi para abrir la puerta con delicadeza, Saeko se deslizó como si de una sombra se tratase, ella debía asegurarse de que los alrededores eran suficientemente seguros como para poder desplazarse y en caso de encontrarse con uno de “Ellos” exterminarlo para evitar que llegaran más. Para su desgracia no encontró nada más que algunas manchas borrosas que se tambaleaban al final de una gran cuesta. Pero nada de lo que preocuparse pues se encontraban en la dirección contraria a la que tomarían ellos y a esa distancia era algo difícil que se percataran de su presencia si no hacía un ruido realmente estruendoso.
-Todo libre- los demás alcanzaron rápidamente la posición de Saeko y caminaron hacia su destino guiados por ella. Takashi al darse cuenta de que iba en primera fila adelantó un par de pasos para caminar junto a ella.
-Está muy bien eso de querer ir despejando el camino si se nos presenta algún problema, pero, ¿no crees que no llegarás muy lejos sin un guía que te lleve hasta el almacén?- rió divertido levantando la vista para observar el semblante serio de la misma.
Saeko se giró hacia él para responderle pasando por alto el hecho de que su acompañante estaba distraído observándola con una mirada extraña. –No te lo tomes a mal pero se perfectamente donde está ese almacén, resulta que los que iban a ser sus nuevos propietarios eran amigos de mi padre y les había oído hablar muchas veces de la mercancía abandonada, así que podría guiaros yo solita hasta allí- sonrió satisfecha con la cara de su amigo.
-B-bueno de todas formas nunca está mal algo de compañía ¿no? Así por lo menos podré darte algo de conversación…- balbuceó sin saber que decir.
-Entonces yo también quiero que me des conversación- saltó Rei sobre sus hombros sobresaltándolo, nadie sospechaba sobre la razón que tuvo para actuar así pero en el fondo no podía evitar sentir rabia cuando Takashi pasaba tiempo con Saeko. Desde la vez que tuvieron que separarse de ellos dos parecían haberse hecho más cercanos. Pero era imposible que Saeko consiguiera elevar su amistad con Takashi tanto como ella lo había hecho, una amistad que permanecía intacta desde que eran pequeños y que a pesar de algunas dificultades no había cambiado. La ligera sensación de tener ventaja sobre su contrincante no abandonaba su insistencia, de alguna forma estaba claro que Takashi sentía algo más que amistad por ella. Cuando recordaba ese momento de ellos dos en la mansión de los Takagi su corazón latía a más velocidad de lo normal ella había admitido que definitivamente esos sentimientos por su amigo de infancia, los cuales se encontraban enterrados en el fondo de su corazón, habían vuelto a aparecer y aunque Takashi no le hubiera respondido debía atraerle por la forma en la que llegó a lanzarse sobre ella.
-¡Alice también quiere jugar a los caballitos!- corrió hasta ellos siguiendo el ejemplo de su one-chan y colgándose del brazo de Takashi.
-No podemos perder el tiempo con jueguecitos tontos o ¿es que queréis que nos alcancen?- Saya se ajustó sus gafas observando la escena junto a Kohta y Shizuka. El joven castaño se había desplomado sobre el suelo a causa del peso muerto de Alice y Rei, Saeko en cambio, reía con ganas.
-Seguro que en el fondo te gustaría poder hacer lo mismo que Alice-chan- dijo el experto en armas casi arrepintiéndose al momento de sus palabras y de inclinarse hacia adelante ofreciéndole su espalda.
-¡Ni lo sueñes gordinflón! Y quita tu seboso culo de mi cara si no quieres que te de una patada- el equipo se había detenido unos minutos en ese mismo punto sin correr peligro, Saya cruzó sus brazos mostrando desacuerdo y Kohta iba a quitarse de su vista cuando sintió algo tras él. Giró su cabeza sin poder verle la cara a la persona que se había aferrado tan fuertemente a su espalda a causa de su pecho pero no necesitó pensarlo mucho, un hilillo de sangre asomó por su nariz al darse cuenta de su situación.
-Está bien, pues si Saya no quiere, entonces me montaré yo- sonrió Shizuka cual niña pequeña montada en una barraca.
Saya se quedó atónita ante esto, a veces la sensei parecía una auténtica cría. Entonces se dio cuenta de que poco a poco se estaba quedando atrás ella sola, pues Kohta había logrado recuperar fuerzas y acercarse hasta los demás acto seguido depositando de nuevo su carga en el suelo- ¡Esperad! No me dejéis atrás- reprochó enfurecida.
Todos comenzaron con sus risas nuevamente, Takashi observó nuevamente la cara de cada uno de sus amigos hasta pararse finalmente en la de Saeko. Algo le llamaba la atención, ella ya no sonreía, había vuelto a su rostro serio y algo preocupado. Observó como durante diez segundos cerró los ojos como si estuviera concentrada en algo.
-Saeko, ¿pasa algo?- preguntó deteniendo todas las demás risas y levantándose del suelo. Saeko abrió nuevamente sus ojos sin girar el rostro hacia los demás a pesar de que sabía que la estaban mirando con preocupación.
-Ya vienen…- susurró por lo bajo. Dos simples palabras que en momentos como ese habían creado más de un escalofrío en sus compañeros- No quiero preocuparos, aun no están suficientemente cerca, puede que todavía tengamos la oportunidad de llegar hasta el almacén sin ser vistos- a pesar de todo lo que estaban viviendo por nada del mundo debían perder la calma sino sería su perdición. Todos asintieron en silencio y se prepararon para comenzar a correr.
En unos minutos consiguieron llegar hasta el almacén sin apenas encontrarse con más de dos obstáculos que exterminaron con golpes limpios e insonoros. Doblaron la última esquina que daba a la persiana del mismo congelándose ante lo que se les venía encima.
La entrada era la puerta trasera de una especie de garaje entre dos casas que mantenían su distancia con el mismo. Pero no era difícil darse cuenta de la masa de “Ellos” que se apilaba tras la vaya que pegaba al patio trasero de esas casas y el garaje. La mayoría eran jóvenes con trajes galantes de noche y de fiesta con el cuerpo destrozada con sangrientas y profundas heridas.
Takashi al ver esto se lanzó sobre Rei para obligarla a agacharse, los demás siguieron su mismo ejemplo. Si los veían estaban perdidos pero no tenían otra opción, necesitaban lo que había ahí dentro con urgencia.
-Tenemos que entrar por otro sitio, sino armaremos demasiado jaleo y nos descubrirán- susurró Takashi algo sonrojado por tener que saltar sobre Rei y quedar sobre ella, justo como aquella noche…
-Pues piensa rápido porque por detrás nuestro también se están acercando en una de las calles, como consigan apelotonarse alrededor estaremos perdidos- avisó Saya algo alterada pero sin alzar demasiado la voz.
-Ya sé- dijo Kohta sacando un objeto punzante de su mochila. Era un taladro de mano que podría ser muy útil en una situación como esa.
-Yo entretendré a los que vienen hacia aquí- se ofreció Saeko sin siquiera dejar que contestaran. La idea era algo arriesgada porque el número de enemigos aumentaba por segundos pero si se quedaba a esperar una respuesta seguramente alguno de ellos la acompañaría y no quería que nadie más corriera esos riesgos, ella podría manejar la situación.
Necesitaron alrededor de siete minutos para poder abrir un agujero lo suficientemente grande como para que un niño pequeño pudiera entrar, pero no ninguno de ellos.
-¡No hay tiempo para hacerlo más grande! Saeko no podrá contenerlos mucho más- les metió prisa Shizuka notando el agotamiento mezclado con la cara de placer que tenía su compañera. Parecía disfrutar con cada golpe que les propinaba, con cada gota de sangre que salpicaba con sus limpios cortes.
-Yo iré a ayudarla- Rei agarró con fuerza su lanza y se dirigió a acompañar a Saeko para mantenerlos a raya.
-Alice entrará a por las cosas para Oni-chan- dijo Alice sacando una linterna de la mochila- Takashi se arrodilló frente a ella y acarició su cabeza.
-Eres una chica muy valiente Alice-chan, se que no tendrás miedo ahí dentro tu sola ¿verdad?- le dijo con una sonrisa, la niña le abrazó proporcionándole calidez a Takashi.
-Yo también quiero ayudar como todos vosotros- el castaño asintió.
-Alice, tienes que traer todas las latas en conserva que encuentres, además de botellas de agua y cosas que no se tengan que cocinar- le explicó detalladamente, la pequeña lo entendió a la perfección y no dudó en adentrarse al siniestro lugar. Se tropezó más de cinco veces con algunas cajas y objetos esparcidos por el suelo pero lo que más pareció afectarla fue el intenso olor a cerrado que provenía del interior. En tres viajes, en los cuales dejaba caer los alimentos por el agujero, consiguió sacar suficientes como para poder durar cuatro o cinco días más.
-Está bien Alice-chan, ya hay suficientes- la niña al escuchar a Kohta volvió hacia la salida, sin embargo chocó contra una balda mal atornillada que calló cerca de ella aunque le dio tiempo a esquivarlo el ruido que produjeron el conjunto de objetos que contenía fue brutal, tanto como para que Saeko y Rei pudieran oírlo.
La pequeña se lanzó por el agujero con todas sus fuerzas cayendo sobre Kohta.
-¿Estás bien?- preguntaron los cuatro preocupados por ella, aunque ahora debían darle importancia a los cientos de muertos vivientes que arremetían contra la vaya de madera. Comenzaba a ceder poco a poco y no aguantaría mucho.
-¡Tenemos que salir de aquí!- gritó Takashi sin importarle ya mucho hacer ruido, total ya los habían descubierto y de esa forma las otras dos podrían oírlo.
-El problema está en el escondite, nos seguirán y tardaremos en perderlos de vista, son demasiados para despistarlos a todos!
-Saya tiene razón, hay que pensar en un lugar seguro al que poder dirigirnos- apoyó Kohta abrazando a la pequeña Alice.
-El lugar más cercano y posiblemente seguro por aquí cerca es… mi casa- respondió su líder planteándose si podrían pasar allí la noche. De todas formas tarde o temprano acabarían allí ya que buscaban a sus padres.
-¡Adelantaos vosotros, yo ahora os alcanzo!- gritó Saeko sin dejar de golpear a sus enemigos. Takashi no estaba del todo convencido con la idea pero si su compañera tardaba demasiado no dudaría en dar media vuelta. Rei en cambio fue hasta ellos abandonando el combate por insistencia de Saeko.
-Vámonos de aquí cuanto antes- comenzaron a correr pero Takashi se detuvo de golpe recordando algo de suma importancia ¿Cómo los encontraría Saeko si no sabía llegar a su casa? Además, le preocupaba el hecho de que no pudiera parar de cortar cabezas debido a la excitación que eso le producía- ¡Rei, llévalos hasta mi casa, estoy seguro de que no estará infestada, yo voy a ayudar a Saeko!
Aunque a Rei no le gustaba la idea de dejarlos allí solo y que arriesgará su vida por ella, estaban en una situación bastante crítica como para ponerse celosa. Afirmó con la cabeza y todos la siguieron. Excepto Alice que dio media vuelta para salvar a su queridísimo amigo Zeke. El pequeño perrito no paraba de ladrar a la multitud de zombies, como si con sus ladridos quisiera alejarlos del lugar. Saeko intentaba de vez en cuando empujarlo con el pie derecho para que se fuera de allí pero no le hacía caso y en el preciso momento de su huída era cuando la pequeña se había acordado de que le faltaba algo esencial a su lado.
-Alice, ¡no!- Gritó con impotencia Takashi al ver pasar a la niña por al lado suyo y sin poder hacer nada, “ellos” no le daban la mínima oportunidad de acercarse a ninguna de las dos. La pequeña era hábil y sabía lo que se arriesgaba en ese pequeño trecho, pues los zombies les ganaban terreno por momentos.
-¡Zeke! Ven aquí- sujetándolo con sus dos brazos, su One-chan no estaba muy lejos de ella y su Oni-chan algo más atrás. Frente a sus ojos sin embargo, se extendía la larga vaya que a duras penas seguía conteniendo a los insaciables monstruos salidos del mismísimo infierno. Y tuvieron la mala suerte de que como esperaran se derrumbara en ese preciso instante.
Los primeros de ellos cayeron torpemente al suelo llevándose consigo a otros que los seguían, pero eso no los iba a detener, estaban deseosos de llevarse carne fresca a la boca, que la sangre de sus víctimas se deslizara por sus gargantas, para los que las conservaban.
Alice se detuvo paralizada por el miedo, aún recordaba la última vez en la que había estado tan cerca de esos seres, cuando su padre fue asesinado frente a sus ojos. Pero ahora era una niña fuerte y no se echaría en el suelo a llorar, escaparía de ahí y volvería con los demás. Dio media vuelta para alejarse de allí cuanto antes, pero habían logrado acercarse demasiado a ella, hasta el punto de agarrarla por el hombro y tirarla al suelo.
-¡¡One-chan!!- gritó con miedo acorralada por dos de los cientos que estaban detrás. Las lágrimas caían instantáneamente de sus ojos. Saeko se dirigió hasta donde estaba la niña lanzándose sobre los dos seres y deshaciéndose de ellos. Acto seguido se agachó hasta donde estaba la pequeña.
-Alice, corre y no mires hacia atrás- susurró con una sonrisa, acarició con cariño su cabeza y volvió a su postura seria y recta sabiendo que la segunda ronda comenzaría en ese momento. Comenzó como siempre con cortes precisos y sin cansarse demasiado, pero como ser humano que era acabaría por agotar sus fuerzas… sus ropas manchadas con la sangre espesa y reseca de sus victimas empezaba a ser un pequeño problema en cuanto a su katana. En un descuido la misma se le resbaló de las manos saliendo disparada hacia un costado de su posición. La situación había dado un vuelco de ciento ochenta grados al no tener su preciada arma junto a ella. Estaba indefensa y perdida. Aún podría defenderse con patadas y puñetazos pero su destino seguiría siendo el mismo. Bajó su mirada esperando a sentir aquellas garras sobre su cuerpo, desgarrando su ropa y arañando su piel.
-¡Saeko!- al menos gracias a ese grito, sería Takashi la última persona que se le vendría a la mente antes de caer en un sueño profundo del que jamás despertaría.
Un disparo traspasó la cabeza del zombie que estaba a milímetros de su cara- miró a un lado observando la silueta de Takashi totalmente rojo de la rabia. Se acercaba hasta ellos a toda prisa comenzando a descargar su furia en los seres que rodeaban a su compañera tirada en el suelo. -¡Me prometiste que no abandonarías por mi! ¡Que lucharías hasta el final!- reprochó  descuartizando uno a uno cada cuerpo tambaleante que se acercaba por el ruido.
Saeko suspiró aliviada y recuperó su katana volviendo a la rutina. El resto del grupo también había intentado volver a por Alice al darse cuenta de la heroica acción de la pequeña pero al igual que Takashi les resultó imposible seguirla.
-¡Alice, es hora de que vuelvas con los demás!- se dirigió el líder hacia ella. La pequeña negó con la cabeza sin querer abandonarlos.
-¡No! Si me voy one-chan y Oni-chan no volverán… ¡No quiero que os pase nada!- comenzó a sollozar nuevamente.
(Aquí ya podéis poner la canción que os he dicho antes)
-Te prometo que estaremos bien, confía en mi- tras recapacitar se tambaleó con torpeza junto a Zeke y volvió con los demás. Pero no todo iba a ser tan sencillo… mientras cada miembro del equipo trataba de contenerlos Alice se topó con tres que salieron de la nada.
La niña no dudó en volver a pedir ayuda aunque al final no lo hizo, one-chan casi moría por su culpa, si Takashi no hubiera aparecido justo a tiempo… hubiera perdido a otro de sus seres más queridos y eso no podía permitirlo. Sin saber muy bien que camino tomar, pues la dirección hacia Saya y los demás era la menos segura en ese momento por lo que se decidió a correr hacia el lado que Saeko había limpiado al principio.
-Saeko, a la de tres corremos- la chica le ofreció una de sus sonrisas más humildes- ¡Tres!- agarró con fuerza su mano y la arrastró consigo durante todo el camino restante. Llegaron hasta la posición de Kohta preguntándole si todos estaban bien.
-Si, he gastando bastantes balas pero vale la pena con tal de agujerear sus cuerpos podridos- se rió maliciosamente.
-Shizuka-sensei, Alice-chan no tiene ninguna herida ¿no?- preguntó girándose para observar como la mayor del grupo salía de detrás de una furgoneta, donde se había escondido hasta que tuvieran la situación bajo control.
-¿A-Alice-chan? ¿No estaba con vosotros dos? La vimos correr por última vez hacia Saeko- respondió con la sensación de que algo no iba bien.
-¡¿C-como que no ha vuelto?! ¡¡Le dije que viniera aquí!!-totalmente alterado, atemorizado al pensar que algo le podía haber pasado. Los cinco buscaron por los alrededores sin éxito.
-¡Está anocheciendo! ¡Debemos encontrarla pronto!- avisó Kohta con lágrimas en los ojos, Alice era el miembro especial del grupo. Era la encargada de hacerlos reír, de disipar la tensión entre ellos, la única capaz de hacerles olvidar todo lo que pasaba, aunque fuera por unos instantes, les recordaba que aún quedaban pequeñas buenas cosas por las que seguir luchando. Pero ya no estaba, la niña risueña que siempre estaba ahí dando lo mejor de si misma había desaparecido y no habían podido hacer nada para evitarlo.
Tanto la sensei como Rei y los demás no cesaron de buscar, algunos con lágrimas en sus sucias caras.
-Creo que tendremos que dejar de buscar por hoy- se atrevió a decir Saya con voz ronca. No era fácil soltar esas palabras en un momento como aquel.
-¡No!- respondió seguido Takashi- no hasta que la encontremos, seguro que sigue viva escondida por ahí.
-Cada vez está más oscuro y estáis totalmente agotados como para resistir la horda que se acerca al fondo, ¿eres nuestro líder, no? ¡Piensa con sensatez por una vez! Y hazlo por el bien del grupo- no le gustaba tener que decir todas esas cosas, parecía la mala de la película, daba la sensación de que quería abandonar a la niña a su suerte pero no era así, simplemente pensaba en el bien de todos.
-¡Si tengo que abandonar a Alice, entonces no quiero seguir siendo el líder!- siguió con su principal idea, el resto simplemente escuchaba la conversación que tenían al tiempo que seguían recorriendo cada rincón.
Saya se acercó hasta él y lo abofeteó con fuerza. Takashi abrió los ojos sin poder creérselo.
-¡No eres el único que está preocupado por la mocosa, ¿entiendes!? Todos nosotros nos sentimos tan malditamente culpables como tú, pero no vamos a conseguir nada si la buscamos en este estado, más que caer en las manos de “ellos” uno a uno- esas palabras de forma extraña le habían hecho pensar con mas calma sobre lo que debían hacer a continuación y ni que decir de la torta que le había dado de sopetón, tenía que admitir que le había hecho falta para abrirle los ojos.
Bajó la mirada al suelo avergonzándose por perder los papeles frente a los demás.
-Dejémoslo por hoy, Saya tiene razón…- Rei quiso acercarse a él para intentar reconfortarlo y demostrarle su apoyo pero una mano en su hombro la detuvo. Saeko negó con la cabeza indicándole que necesitaba estar solo para pensar en lo sucedido.
Cuando llegaron a su destino les habían dado esquinazo a los incansables jadeos que los perseguían. La casa tenía dos pisos y un pequeño jardín seco rodeado por bajos y gruesos muros. Takashi se adentró sin esperanza de encontrar a nadie, pues su madre seguiría refugiada en la escuela junto a los padres de Rei (la madre de Rei decidió que se reencontraría en la escuela donde estaba el padre de Rei más adelante).
Bajo la mirada de los demás levantó una maceta rota y estropeada para dar con la llave de la puerta principal. Abrió con un leve chirrido y el aire cargado fue como un golpe en la cara para ellos.
-Bien… os doy la bienvenida a mi humilde casa- dedicándoles una falsa sonrisa que no tuvo éxito.

Fin de flashback

Cuando todos se acomodaron en la sala de estar algo desordenada comenzaron a sellar ventanas y puertas con intención de asegurar la zona de posibles ataques de vecinos.

-Me muero de hambre- comentó Kohta con un rugido por parte de su tripa. Todos esperaron durante unos segundos pero la voz de la pequeña resonó en la mente de cada uno recordando las típicas contestaciones que ella le hubiera dado a Kohta “Oni-chan eres un tragón, Alice también tiene hambre, ¡no te comas todo!” Varias lágrimas recorrieron la cara de Shizuka, la cual se levantó y se adentró en la cocina para ir a preparar la cena, Saya la siguió y tras ellas Rei.

-Takashi, ¿cuál es el balcón con mejores vistas a la calle? Yo haré la primera guardia esta noche- confirmó Saeko, necesitaba tranquilidad y separarse durante unas horas del grupo para poder reflexionar.
-Iré yo- Takashi se levantó y se dirigió a la puerta para abrirla pero la mano firme de su compañera lo agarró por la muñeca deteniéndolo en seco.
-No, tú tienes que descansar, voy yo- su mirada era más seria de lo normal, incluso siniestra hasta llegar al punto de no querer contradecirla.
Tras algunos segundos aguantándose sus miradas mutuamente él habló- En el piso de arriba la segunda habitación- murmuró casi inaudible.
-¿Estás seguro de querer dejar a Busujima-senpai hacer la guardia hoy? Parece algo cansada…- comentó Kohta preocupado por ella una vez que se había ido.
-La decisión la ha tomado ella, además cuando toma una decisión es muy difícil hacerla cambiar de opinión- respondió sentándose nuevamente en un lado de la mesa. La verdad es que gran parte de la casa estaba iluminada por la luz de la luna llena pero de todas formas sacó varias velas que tenía guardadas en un armario.
Las tres chicas que anteriormente habían estado en la cocina buscando toda la comida en las estanterías se presentaron de nuevo en la sala de estar.
-¿Te encuentras mejor, sensei?- preguntó Takashi. Ella asintió con la cabeza y en un instante saltó a los brazos de él abrazándole con fuerza.
-¡¡Que ilusión!! Takashi está preocupado por mi- los dos se sonrojaron ante su reacción y el resto simplemente se sentaron poniendo sobre la mesa algunos bollos y fideos instantáneos que aún se encontraban en buen estado.
-Es lo único que hemos encontrado, tenemos suerte de que no hayan saqueado tu casa- Takashi bajó la mirada recordando el hecho de que ni siquiera había encontrado a sus padres allí. Rei se dio cuenta de lo que le pasaba por la cabeza y se acercó hasta él abrazándolo por la espalda.
-No te preocupes, ya verás como los encontraremos- le susurró al oído elevando el nivel de sonrojo de ambos.
-Por cierto, ¿dónde está sempai?- preguntó Saya.
-Está arriba haciendo guardia, se ha ofrecido ella misma- Al escuchar el nombre de su contrincante, Rei levantó la vista y se sentó junto a Kohta para empezar a comer.
A todos ellos les costó conciliar el sueño, la terrible desaparición de Alice los perseguiría allá donde fueran, la duda de si seguía con vida los acecharía en cada uno de sus sueños convirtiéndolos en pesadilla. Y lo que era más importante, aquellos momentos en los que recordaban que seguían siendo humanos, no los vivirían con tanta frecuencia como antes. Hoy habían perdido a alguien muy importante. Uno de los pilares más esenciales de su grupo.

A pesar del cansancio Takashi seguía sin poder dormir, ni siquiera cerrar los ojos unos segundos lo tranquilizaba. Recogió su manta y con ella en el brazo izquierdo se hizo con unos fideos instantáneos que habían sobrado y salió del cuarto subiendo las escaleras hasta su habitación.

Saeko estaba sentada en el balcón dejando colgar sus piernas por las rendijas de madera del mismo. Su katana descansaba a su lado y ella mantenía su vista en la calle apoyando sus manos en el suelo, tras ella.
¿Cómo habían llegado ha encontrarse en una situación como aquella? Si ella hubiera contenido a aquellos cuerpos sin vida a raya, Takashi no hubiera tenido que defenderla y Alice no se hubiera quedado sola ante el peligro. Era una asesina, sus manos estaban manchadas de sangre y una niña había pagado sus errores. Por primera vez en mucho tiempo una lágrima salada recorrió su rostro. Ni siquiera ella recordaba la última vez que había llorado.
Una manta se posó en su espalda cubriéndola del frío nocturno.
-Como no vuelvas dentro te vas a congelar, deberías entrar a descansar un poco- habló Takashi tomando asiento junto a ella. Saeko al darse cuenta de que estaba mirándola giró su cabeza avergonzada y se limpió con la mano, por otra parte al igual que Takashi no podría pegar ojo- No tienes que culparte a ti misma Saeko, el único responsable de lo que ha pasado soy yo- intentó tranquilizarla, sus respiraciones estaban algo agitadas.
-Sabes que no es así. Ha sido mi error, un despiste mortal que se ha llevado a Alice- volvió a mirar al frente con ojos nostálgicos.
-Escúchame, eres tan humana como cualquiera de nosotros y nada de lo que hayas hecho en el pasado va a evitar que yo piense eso. Tienes derecho a equivocarte en tus acciones y en tus decisiones, pero no voy a permitir que te culpes por lo que ha pasado- sujetó la mano de ella con intención de encontrar apoyo en sus palabras.
-Sigo pensando que no es así, si la katana no se me hubiera caído...- se levantó de golpe dejando perplejo a su acompañante- estoy harta de todo esto... encontraré a Alice y la traeré de vuelta- el viento fresco acarició su melena con suavidad, Takashi al entender sus intenciones agarró su muñeca para hacer que se sentara de nuevo pero ella no cedió.
-No dejaré que vayas sola, como ha dicho Saya, es peligroso ir a buscarla por la noche, estás más agotada que todos nosotros. Mañana nos levantaremos temprano y la buscaremos entre todos.
-Lo siento Takashi, se que suena egoísta pero te dejo al cargo de vigilar esta noche- con un tirón fuerte saltó del balcón junto a su preciada amiga en la otra mano y aterrizando de pie- por favor, no me sigas, volveré con ella antes del amanecer- sin girarse a verlo corrió todo el camino de vuelta hasta el lugar de los hechos.
Takashi, a quién le había costado reaccionar, bajó las escaleras lo más rápido que pudo y despertó a Kohta después de balancearlo bruscamente.
-Kohta, Saeko se ha ido ella sola a buscar a Alice, tengo que acompañarla y traerla de vuelta, dejo todo a tu cargo hasta que regresemos- somnoliento asintió intentando asimilar toda la información lo más rápido que pudo pero cuando su amigo salió por la puerta el sueño se apoderó de él y calló seco al suelo.



Con esto acabo el primer capítulo de mi nuevo fic, he decidido que al final en vez de ser un oneshot lo haré de dos o tres capítulos :)
Espero que os haya gustado y ya sabéis que los comentarios serán bienvenidos. Gracias a todos los que os molestáis en leer esta historia.
Para todos los fans de la pareja Saeko y Takashi, habrá más momentos entre ellos en el siguiente capítulo y aunque también ponga algunos de Rei x Takashi, mi objetivo es escribir sobre la primera pareja xD Hasta la próxima!!

Resident Evil 2

Leon Scott Kennedy

No estoy muy seguro de a donde nos dirigimos, aun debo encontrar un sitio seguro para poder esconder a Sherry y a mi hermana, y de esta forma, continuar con mi objetivo; eliminar a Umbrella de la faz de la tierra. Así es, llevaba bastante tiempo retirado, quería tener una vida normal y corriente, mi hermana y yo acogimos a la pequeña y la criamos como si fuera una mas de la familia. Todo marchaba estupendamente. En los medios de comunicación repetían una y otra vez la exterminación absoluta del virus T, sin embargo siempre he sabido que eso no era del todo cierto.

Nos mudamos a Londres, una gran ciudad a la que la infección no había llegado, pero no tardó mucho en aparecer por allí. Los rumores empezaron a extenderse a través de los ciudadanos de todo el mundo, solo se hablaba de América, al parecer era allí donde había vuelto a surgir el brote del virus. Poco a poco la gente se fue calmando, ya que no estaba comprobado y no hacían más que negarlo, pero pronto nos vimos envueltos en el mismo problema…

Apenas eran las cuatro de la mañana, cuando Leon, su hermana, Sarah y Sherry dormían en su acogedor chalet, cerca de las afueras de la ciudad. Sin previo aviso y sin saber muy bien por que, la pequeña se levantó de su cama, cerca a la de Sarah y salió de la habitación andando lentamente. Una cortina de sudor escurría por su frente, había tenido otra pesadilla.

No era la primera vez, se podría decir que el hecho de haber permanecido huyendo sin cesar de esas criaturas la había traumatizado de por vida. Cogió un baso del armario y lo llenó de agua fría del grifo, después, como hacía siempre que le ocurría lo mismo, se asomó a la ventana del salón y corrió un poco la cortina, lo suficiente como para poder observar las tranquilas calles, sin ser vista.
Intentó tranquilizarse todo lo que pudo, sin dejar de repetirse que nadie ni nada podría hacerle daño, que estaba a salvo allí.
Cerró los ojos y suspiró, cuando los abrió de nuevo, echó un último vistazo a la oscuridad bañada por la luz de la luna, cuando un movimiento que no vio con claridad la dejó perpleja. Se frotó un poco los ojos pensando que serían la razón de haber visto algo que no tenía sentido, sin embargo, sus ojos no mentían. Al presenciar la figura de uno de sus vecinos tambaleándose por la carretera. Lo más increíble era el hecho de que no pudiera estar ebrio, pues era un anciano de unos 78 años que no consumía alcohol.

Asustada, dio un paso hacia atrás dejando que el baso de cristal resbalara por sus delgados y pequeños dedos, estrellándose contra el suelo y convirtiéndose en miles de trocitos brillantes.

Leon se despertó al oír el ruido seco de un objeto cayéndose, el haber trabajado de policía le venía muy bien en casos como ese, se levantó en un segundo y con sus bóxer blancos y su fina camiseta de tirantes, salio corriendo hasta donde se encontraba Sherry.

-¿Estas bien? ¿Qué ha pasado?- le susurró agachándose hasta ponerse a su misma altura y ayudándola a levantarse.

-Los he visto Leon- respondió ella temblando y con  lágrimas en sus ojos.

-¿Qué es lo que has visto?- sabía exactamente a lo que se refería la niña, siempre supo que ese día llegaría, es muy difícil deshacerse de un virus tan poderoso como ese, hacía falta algo mas que destruir Raccoon City, algo mas que poner en cuarentena a los habitantes.

-El virus……..ha vuelto- sollozó, Leon la abrazó hasta calmarla, repitiéndole que no dejaría que le pasara nada, y que todo se solucionaría.

Cogió a Sherry de la mano, y la llevó a su habitación a oscuras, le susurró al oído que hiciera su maleta y mientras ella hacía lo dicho, Leon despertó a su hermana poniéndola al día con un breve resumen de todo.

-Tenemos que salir de la ciudad cuanto antes, los zombies nos encontraran y no pararan hasta cogernos- le explicó, tenía suerte de que su hermana le hiciera caso sin poner pegas, no todo el mundo se creía ese tipo de cosas. También lamentaba haber mentido a Sarah diciéndole que Sherry era una niña abandonada que había rescatado en una de sus misiones. La organización Umbrella consiguió esconder lo ocurrido en Raccoon City, de tapadera utilizaron algo así como un misil potente con el que estaban haciendo pruebas que se les escapó de las manos. Pero, por desgracia  esos terroríficos recuerdos no se los quitaba nadie.

-No entiendo muy bien de que va todo esto de los zombies, pero pareces muy seguro, así que te sigo- se unió a la niña y juntas metieron en dos pequeñas mochilas algo de ropa y comida.

Leon por otra parte, se puso unos pantalones vaqueros, una camiseta negra y su chaqueta más cómoda, esa noche sería muy larga. A diferencia de las chicas, el no preparó nada de ropa, cogió una pequeña llave oxidada que guardaba en el segundo cajón de su cómoda y se dispuso a abrir una estrecha despensa situada en medio del pasillo. Nunca antes le había enseñado el contenido de ella a nadie, incluso el llevaba bastante tiempo sin verlo.
Tiró de la fina cuerda atada a la bombilla que colgaba del techo, proporcionando algo de luz al pequeño lugar, lleno de todo tipo de armas por todos los lados, con cuidado, empezó a seleccionar las que se llevaría con el.

Sabiendo que quizás tendría que deshacerse de muchos enemigos se hizo con una bolsa oscura y la llenó por completo con todo lo que estuvo a su alcance. Por otra parte se colocó alrededor de la cintura un ancho cinturón, con tres ranuras, en dos de ellas puso dos pistolas y en la última de una magnum blanca. Los dos bolsillos de sus pantalones los llenó de balas, para finalizar cogió alguna linterna, su preciada navaja que no podía faltar cuando salía de casa y un rifle de combate que situó en su espalda.

Una vez listo se dirigió a la cocina donde su hermana y Sherry habían acabado de recolectar toda la comida que se podía consumir sin tener que cocinarla antes.

-Bien, saldremos por la parte trasera, yo iré delante, luego Sherry y detrás Sarah, haréis todo lo que yo haga, seréis como mi sombra, y pase lo que pase no os detengáis ni hagáis ningún tipo de ruido.
Leon le tendió a su hermana una de sus pistolas, pensando que seguramente la podría utilizar en caso de emergencia.

-¿De verdad es para tanto? Ni que fuera una película de miedo- dijo Sarah, recordaba haber oído algo sobre un virus y muertos vivientes que devoraban a personas, a ella le fascinaban esas cosas, pero ¿para tanto era aquello? Aunque sabía que Leon no bromeaba con esos temas y ella creía ciegamente en su hermano.

-Es mucho peor de lo que crees, en lo único que piensan es en alimentarse de carne humana. Si te muerden o incluso si te acorralan pierdes la partida- informó Sherry mirando a través de la cerradura de la llave. Se sentía mucho mejor después de que Leon le dijera esas palabras que llevaba tanto tiempo esperando oír, que le aportaban seguridad, valentía y sobre todo, ganas de seguir luchando.

-Está bien, vamos, salgamos de aquí antes de que sea tarde- cuando todos se colocaron en su lugar, Leon abrió con cuidado la puerta y tras comprobar que nadie se acercaba, salieron en fila india agachados, tras unos arbustos, aguardaron unos segundos, Leon pretendía subirse en su coche para escapar de allí. No había moros en la costa, así que tras hacerles una señal para que esperaran allí escondidas, llegó hasta la puerta del conductor. Tiró de la manilla hacia el pero no consiguió abrir la puerta, en ese momento susurró algo que solo su hermana pudo adivinar se había dejado las llaves del coche en la casa. Sarah con un suspiro entró de nuevo en la casa sin previo.

Leon le susurró varias veces que no entrara, pero su hermana era muy testaruda y no hizo caso. Apuntando con su pistola a todos los lados, pasó el pasillo hasta la puerta principal, allí había un pequeño cesto marrón en el que normalmente guardaban ese tipo de cosas. Se acercó hasta él y busco a tientas, cuando dio con ella, siempre sin dejar de apuntar a todos lados, volvió por el mismo camino por el que había entrado.
De repente, se detuvo en seco, el jarrón de plástico que adornaba el centro del salón había rodado por la alfombra granate de terciopelo, hasta su pie. Se giró en dirección a la habitación para observar los cristales de las ventanas rotos.

Era algo muy raro, no podían haberse roto, ellos no habían oído nada desde fuera, pero su cabeza le decía que no se detuviera a pensar las causas y que saliera de ahí cuanto antes. Su corazón martilleaba en su pecho, estaba a pocos metros de la salida y la puerta estaba abierta de par en par. Dio un par de pasos, cuando la curiosidad la llevó a darse la vuelta, para su sorpresa no había nada detrás, solo el oscuro pasillo de antes.

Una mano se posó en su hombro haciendo que pegara un brinco, se esperaba lo peor, temía darse la vuelta y encontrarse con uno de esos bichos que se había imaginado.
No pudo evitar sonreír al ver el rostro de su hermano tras ella.
Leon en cambio, agarró a Sarah y tiró de ella hacia el, para disparar a la oscuridad.

-¿Qué haces?- preguntó incrédula, allí no parecía haber nada y le daba la sensación de que se estuvieran riendo de ella, haciéndole pasar tanto miedo.

-Mira- dos cuerpos, pertenecientes a sus vecinos, se desplomaron en el suelo, sin volver a mover un solo músculo. Sarah se llevó las manos a la boca, horrorizada, nunca se hubiera imaginado ese tipo de criaturas, se podía distinguir las partes de piel podrida que les faltaba en sus cuerpos, sus ojos tenían una mirada feroz, sus venas se marcaban claramente en sus caras y pequeños chorros de sangre caían de sus bocas. En ese momento se sentía como si estuviera en una pesadilla de la que no podía despertar, admitía no haberse tomado seriamente lo dicho por su hermano, era muy difícil imaginarse cosas que solo salían en las películas, allí, en la vida real.

Leon la vio taparse el rostro con las manos, seguramente estaría llorando. La abrazó fuertemente durante unos pocos segundos.

-Tranquila, todo va a salir bien, te lo prometo- le susurró al oído. Inconscientemente, esas palabras la tranquilizaron bastante mas de lo que parecía, debía seguir adelante, recuperó la compostura y salieron de la casa agarrados de la mano.

-¡Sherry!- gritó Sarah, se había dado cuenta de que al hacer que Leon entrara a por ella, le condujo a dejar a la pequeña sola por unos instantes y había desaparecido, no estaba allí.

-No grites- le advirtió Leon tapándole la boca con su mano libre- están cerca, si gritas, los atraerás a todos. Sígueme.

Dieron una vuelta alrededor del coche, no debían perder los nervios encontrarían a Sherry, si se la habían llevado, no estarían lejos de allí.

Sin más remedio subieron al vehículo, poniéndolo en marcha, el coche se movió hacia atrás, captando la atención de varias “personas”.

-¡Mira, es Sherry!- volvió a gritar Sarah dentro del coche muy emocionada, por haber encontrado a la chiquilla- la subiré al coche- abrió la puerta y bajó deprisa, sin darle tiempo a su hermano a decir nada.

Sarah se acercó deprisa hasta situarse frente a la niña, que estaba tumbada en el suelo un poco desconcertada, la ayudó a levantarse y la abrazó con ternura- ahora saldremos de aquí, ya lo verás.

-¡Sarah!- la avisó la niña todavía entre sus brazos, las estaban rodeando por todos lados, en esos momentos le era imposible entrar en el coche.
Leon desde dentro, al ver la situación, disparó unas cuantas de veces, atravesando el cristal delantero, pero sin fallar un solo tiro, haciendo que impactaran contra los enemigos que tenían prácticamente encima.

-¡Vamos, subid!- Teniendo el camino despejado, entraron, o mas bien dicho, se tiraron a los asientos de atrás- ¡Nos vamos de aquí ahora mismo!- pisó el acelerador con todas sus fuerzas, aplastando a dos de los vecinos que pretendían subir también con ellos.

-¿Estabas escondida bajo el coche?- preguntó Leon a Sherry, cuando ya se hubo incorporado.

-Si…el señor Stephen me agarró a través de los arbustos, no estaba infectado, y le dije que esperara conmigo hasta que volvierais, pero no me hizo caso y salió corriendo por el jardín. Entre unos cuantos lo acorralaron y…….- no pudo evitar llorar, solo parecía tener recuerdos tristes en su cabeza.
Sarah la volvió a abrazar para tranquilizarla, ahora entendía lo difícil que había sido para ella, una infancia demasiado dura para una niña de diez años.

-Buscaremos un lugar seguro, no os pasará nada, os lo prometo.

Condujo hasta las afueras de Londres, a través de las largas carreteras, en el horizonte se podía distinguir el sol asomando poco a poco, ya eran las seis de la mañana y un duro día les esperaba  a la vuelta de la esquina.


Espero que os haya gustado este capítulo, supongo que os habreis dado cuenta de que mi fic no contará solo la historia de un personaje, sino que contaré en cada capítulo de uno de ellos. En el próximo, continuaremos con Claire. Por otra parte, espero que no os haya importado el haberme inventado a Sarah jejeje me pareció que quedaría mejor así.